lunes, 1 de marzo de 2010

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. Miedo pánico…-dijo la madre de la niña, luego de que viera a su herido hijo. El en su habitación estaba encima de su cama, sus ojos cerrados su boca violeta, su mano pálida arriba de su pecho inmóvil. El padre abrigo a la madre con sus brazos mientras entre sollozos trataba de explicarse así misma de por que abría sido la muerte de su único hijo, al mismo tiempo las seis hermanas del muchacho lo observaban en su lecho de muerte.La quinta hermana se acerco y con la mano le quito los cabellos de la frente, le beso la mejilla izquierda y salio de la pieza, le siguió la primera y así sucesivamente pero la sexta hermana lo vio durante unas horas. De estar parada unos minutos a estar sentada en un taburete que estaba a los pies de la cama del cuerpo de su hermano inerte, luego se dirigió a la desgastada pared de madera y se apoyo en ella con una pierna doblada apoyándola y sus brazos detrás de su cuerpo como tratando de proteger su vestido color rojo carmesí de la suciedad de esta, a las horas cambio la pierna de posición poniendo la otra y vuelta a la misma.
Al anochecer la madre aun seguía con las lagrimas en sus ojos que pareciera que nunca terminarían, el padre ya había preparado todo para que a la mañana siguiente algunos hombre junto con el realizaran la tumba de su hijo, también ya estaba de acuerdo con el cura de cómo seria el funeral de su primogénito. Las cinco primeras hermanas cada una en su habitación algunas con un álbum en las manos con las viejas fotografías de la familia donde su querido hermano era uno de los más sobresalientes con su cabello ondulado y negro, junto con piel blanca como las nubes de las altas montañas, sus ojo oscuro color marrón no se notaban en aquella recopilaciones de imágenes, ya que aquellas era en blanco y negro. La hermana mayor era una de aquella que tenia un álbum entre las fotografías había una en particular donde aparecía el hermano con su can llamado Antua el cual también hace poco había fallecido, aquel perro era negro como la cabellera de su querido hermano sus ojos brillantes como zafiros, el perro era el mejor amigo de muchacho iban a todos lados juntos aquel cachorro era leal e inteligente, podía encontrar cualquier camino a la redonda que los guiara a casa.
La hermana menor Annet aun seguía en el cuarto de su hermano pero esta vez estaba alado del cuerpo de este, ya era el atardecer Annet se dirigió a la ventana del cuarto apoyo su mano contra el vidrio, suspiro y miro nuevamente a su hermano. Su mirada quedo petrificada ante lo que sus pupilas veían, Antua estaba sentado junto al cuerpo inmóvil, al instante una especie de sombra fue despegándose de las débiles articulaciones del niño, finalmente Annet pudo definir lo que sus ojos veían era el alma de su hermano a la cual Antua vino a llevárselo. Cuando lo pudo distinguir el espectro del hermano apunto debajo de la almohada, después desapareció entre el brillo del amanecer y la oscuridad de la noche, mientras que la hermana aun seguía inmóvil ante el hecho que había presenciado.
Callo al piso con la mirada fija en este, de sus ojos brotaban lágrimas mientras que sus cabellos rizados color cobre interrumpían la caída de aquellas pequeñas virtudes, después se dirigió arrastras hacia la cama de su hermano empuño su mano por debajo de almohada, y un extraño cristal rozo la mano sorprendida levanto la vista topo el cristal, se separo un poco del lecho dirigió su mano a la altura de su pecho y despego los dedos que contenían el tesoro, era un frasco color azul con un corcho el punta que protegía su contenido de ser derramado. Annet pensó en mostrárselo a sus padre y hermanas para saber que era, pero prefirió abrirlo y averiguarlo por si misma. Al abrirlo no sintió algún aroma, al agitarlo solamente e reflejaba el azul del frasco, por ultimo lo llevo a su boca y dio dos sorbos.
A los minutos el sol ya había salido de su guarida y la habitación estaba iluminada, la madre seguía en su cuarto dormida y las hermanas también, el padre estaba en pie y había ido en busca de los hombres que lo ayudarían a trasladar el cuerpo a la iglesia, mientras que en la pieza aun seguía la hermana en el suelo pero esta vez acostada en la madera empolvada su mano derecha doblada y la mano de este contraída y tratando de ocultar aquel frasco azul donde dos almas ya estaban contenidas dentro…

By Any

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